60 abriles

Sesenta años más tarde aguardan esas esquinas a hombres sin oficinas y a traidores y cobardes.

by | Abr 24, 2025

by | Abr 24, 2025


Por: Frank Pacheco

La ciudad suda un recuerdo
de plomo en aquella esquina
los hombres sin oficina
bailaron en el infierno.

Sesenta años más tarde
aguardan esas esquinas
a hombres sin oficinas
y a traidores y cobardes.

De golpe, el miedo se desprendió como una cáscara y la proclama fue una saeta que atravesó al invasor en el pecho: ¡Un presidente! ¡Una Constitución!

Atónitos, se preguntaban los desembarcados: ¿de dónde saca este pueblo tanta sangre para irla a verter despreocupado en el pavimento, en las aceras, en los techos, en las camisas alcanzadas por francotiradores?

Había sangre al amanecer. Atardecía sangre. Había sangre detrás del sol. Caribe y sangre.

Sesenta abriles han pasado. Sesenta primaveras del Caribe.

Lo que no entendían ni entenderán es el matrimonio de un pueblo con una idea que ni la muerte arranca: ¡Un presidente! ¡Una Constitución!

Esa es la aureola que flota sobre estos pueblos. Así es la determinación de la América ensangrentada, inherente a una idea de liberación que la justifica.

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