Un viaje que cambió de color para tornarse negro y dolorosamente inolvidable para quienes quedaron, así fue el de los cuatro puertorriqueños que murieron con la caída de la pared del paso a desnivel de la avenida 27 de Febrero con Máximo Gómez.
Bajo esa pesada pared gris quedaron aplastados grandes sueños y vidas que se veían viéndose la cara con el fututo.
La familia Martínez, radicada en Bayamón, Puerto Rico, perdió a cuatro miembros de un solo golpe.
Los puertorriqueños habían viajado al país por motivos de celebración. Dos parejas de esposos, la mayor celebraba un cumpleaños y la menor su aniversario de bodas; y llegada de su primer hijo.
En cuanto a la pareja mayor, la señora que respondía al nombre de Awilda Vázquez había vencido el cáncer en tres ocasiones. La describen como una mujer fuerte.
La familia lamentó que tras batallar tanto con la enfermedad muriera de esa forma.
Mientras que el señor que celebraba su cumpleaños es Ramón Martínez, un hombre amante a su familia definidor como una persona feliz y prudente.
“El se cuidaba mucho. Sino hubiera sido por esto el hubiera vivido muchos años porque se cuidaba mucho”, dijo su hijo en medio de la tristeza que le embargaba por perder a sus cuatro seres queridos al mismo tiempo.